domingo, 9 de diciembre de 2007

A propósito de Sweezy...

Partamos de la base de que fusilar de manera salvaje los textos de mis compañeros no sería una práctica didactica y de la cual podamos aprender algo, esto no va a ser un "copy-paste" mas de los trabajos de otras personas. Creo que si pudimos hacer una lectura comprensiva de los textos que usted nos envió, no cabe otra cosa que comprender lo que nos quieren contar nuestros compañeros de grupo cuando hacen referencia a lo escrito por este autor en cuanto a la teoría.


Sweezy se centra en el análisis de dos problemas dentro del planteamiento marxista, los del valor cualitativo y el valor cuantitativo. En la primera se muestra una dicotomía clave, diferenciando el valor de uso (es decir, el porque adquirimos un producto, la razón por la que lo tenemos) y el valor de cambio (lo que viene a ser la valía que damos a un producto en relación con otros). Precisamente ese “valor” del cual dotamos a las cosas viene dado por una serie de factores, del modo que en el caso en que seamos nosotros quienes fabricamos dicho producto, tendrá un valor de uso concreto (lo hacemos porque lo necesitamos) frente a un valor de cambio mucho mas alto (solemos primar mucho mas nuestro trabajo que el ajeno). Frente a este planteamiento se sitúan dos posiciones claves en el desarrollo de la teoría económica: por un lado Adam Smith relaciona directamente el intercambio de productos con la división del trabajo, el “laissez faire” y el libre mercado, Marx plantea que la división del trabajo existe desde tiempos anteriores a la existencia del “mercado”. La clave está en que el capitalismo es posible gracias a la producción de mercancías, pero la producción de mercancías existe con o sin capitalismo. Lo que Marx cuestiona es que en aquella época el libre acceso a los medios de producción permite que el trabajo se diversifique mucho mas, teniendo los individuos la “libertad” para producir lo que ellos desearan.


El hecho de que en los últimos doscientos años dos de los tres grandes elementos que mueven la maquinaria económica hayan estado en manos de quienes mas medios han tenido para saber moverlos produce para el alemán la diferenciación entre ese valor de cambio, ese “valor extra” que se le da a esos productos. Aquí entra en juego el concepto de "plusvalía", no relacionado directamente con ese "valor extra", sino en relación con la aparición del capitalismo dentro del proceso de producción de mercancías; de ahí que se plantee igualar el trabajo, hablar de que los productos no deben de tener un valor diferenciado, sino un “valor abstracto”, una valía que produce el trabajo que iguala las labores de todos los individuos; en resumidas cuentas, que el valor extra que le damos a los productos es (nunca mejor dicho) un producto de un pensamiento fetichista, del carácter que le damos a esas mercancías, una idea que en el inicio era prácticamente imposible de plantear en los intercambios y que desde el siglo XVII ha ganado peso. Cuando entramos a valorar cuestiones como la "plusvalía" o la "composición orgánica del capital", planteado como crítica al modelo, no hacemos mas que darle una mayor repercusión, mas fuerza. Las soluciones planteadas por Marx en el Capítulo V pueden ser positivas en el sentido de ayudar a frenar unos problemas, pero una serie de dificultades estructurales del sistema (inherentes o no al capitalismo) son practicamente imposibles de superar.


En lo referente a la caida del sistema y a la crisis del modelo, Marx habla de causas atenuantes de esta situación problemática, y entre ellas cita al comercio exterior: para mi esta es quizás la clave de que el proceso de caida en las ganancias no se produzca con tal magnitud hoy en día, con ciertos paises absorviendo la capacidad productiva o las materias primas de otros para seguir manteniendo un "tren de vida" que les permita mantener su ritmo.


Al fin y al cabo, la producción de mercancías es para Smith ni mas ni menos que “la forma universal e inevitable de la vida económica”; de un tiempo a esta parte se tiene acceso a una serie de artículos que (puede que) nos ayudan a hacer mas placentera nuestra vida. Si consideramos que la producción de mercancías es el centro de la vida económica, debemos centrarnos en los problemas de carácter cuantitativo, teniendo en cuenta el papel de la competencia y la demanda dentro de los procesos productivos. Así, si la economía carecía durante momentos de la presencia de un factor humano, así se acaba de “deshumanizar” el proceso. Pero si por otro lado nos centramos en el planteamiento marxista vamos mas allá, nos tenemos que concentrar tanto en los valores cualitativos como en los cuantitativos: como bien señala Sweezy, "la producción de mercancías se separa del reino de los fenómenos naturales y se convierte en materia válida de la investigación histórico-social. El economista no puede ya confinar su atención a las relaciones cuantitativas que nacen de la producción de mercancías; debe dirigir también su atención al carácter de las relaciones sociales subyacentes en la forma mercancía". Bien es cierto que el economista debe atender a cuestiones tales como el establecimiento de una serie de limites dentro de una sociedad de productores (“ley de valor”) o temas como la competencia, pero no debe de olvidarse nunca que mas allá de los fríos intercambios de mercancías existen individuos que se ven afectados por dichos flujos. Como ya estamos viendo a la hora de plantear nuestros trabajos grupales o como lo hemos hecho a través del análisis de artículos de prensa en clase, todo está conectado: no puede producirse un hecho económico en una parte del mundo sin que afecte a un grupo de personas al otro lado del mundo. Como politólogos debemos de valorar todo lo que nos rodea, desde los procesos económicos hasta el nacimiento de movimientos sociales que se plantean contrarios a dichos procesos, pasando desde el análisis de una actividad económica hasta las relaciones que los individuos que forman parte de tal proceso productivo tienen entre ellos y con individuos en su misma situación.

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